En lo oscuro de mi habitación escribo esto. Es espeluznante sentir el frio y el terror. Imagina verte en un espejo sonriendo y al instante llorando sin ojos. Resulta irónico o hasta tonto pero sucede tú sueño en cuando menos lo piensas.
Siento frio, tengo miedo, tengo rabia. He llorado, he reído, he maldecido, he querido. Tal vez sea por el maldito circulo de la vida, todo lo que haces te regresa.
Camino entre arboles secos, tenebrosos y pantanosos. Tengo ganas de estornudar pero el miedo me corroe. Prendo un cigarro pero no lo fumo ya sea por el olor a azufre..
Veo pasos, veo cotillas en la pedrada, veo cadáveres en putrefacción. Visten ropajes de época: medieval, victoriano, etc. Este camino se me hace familiar.
Una niña yace en una alfombra negra, manchada con pintura blanca.
Escucho un grito; es un grito estruendoso y melancólico. Me preguntan:
- ” ¿Escuchas?”, corro despavorido y pienso: “en donde he venido a parar”
Creo que me tope con algún ante pues solo escucho cosas y veo entre los arboles miradas, escucho voces de dolor. Tengo escalofríos por Dios. Un presentimiento tengo o una epifanía.
Fin del camino, hay dos lechos. Uno me dirige a un valle muerto y el otro a un lago seco.
Las ninfas cantan, la rapsodia es inusual; pero tenue al agudo. Las ninfas cantan a Hipnos mientras Caronte rasga las vestiduras gimiendo al suelo, gracias al canto de las ninfas y gracias a su pecado.
Entre las ramas escucho un susurro:
- “ven, camina hacia la roca negra…”
- “la dolce vita, precarios sabios il pena”
- “tua vida…”
- “tua tristeza.”
“¿Que diablos es esto?” me pregunto espeluznado, es este el fauno del destino de la vida. Dios mío arráncame los ojos y la sensación de soledad, quítame las vendas, quítame las muletas…
Bumm, trum, umg, se escucha a lo lejos.
- “Diantres, ¿que fue eso?”, pregunto
- “no sufras, y ven conmigo… ahora” dijo
- “¿Quién eres?, ¿Qué quieres?”
- “si te digo, no creerás, si me necesitas me aborrecerás y si me ves morirás …” exclamo
Carajo, que camino tan perdigo, tan tenebroso y silencioso. Parajes desérticos. Seguí caminando entre el bosque de los dos caminos.
- “Oh ven a mi e rescátame, pues tengo miedo, hambre y dolor en el pecho…” dijo la nada
- “Brrrrrrrmmmm…. Sofistis anug rama em…” lo dice una vos tenebrosa y diabólica.
- “Habéis elegido mal el camino, pues no fue el correcto” oí decir a las tinieblas
- “¿Cuál debo?, ¿Cuál debo elegir?, ¿Cuál debo escoger?, dime por un demonio” – pregunto
Pérsigo el camino tenebre lleno de incertidumbres por la gente. Acoto mi mente y corro por el miedo, miro hacia delante y hacia atrás en son de perseguido.
El viento sopla vilmente
Al final del bosque percibo una casa, una casa tenebre, con un jardín muerto, una gárgola rota y una rosa seca al pórtico.
Entre las cortinas veo a una mujer -tengo miedo-, pero el deseo me lleva, su belleza es me endeblez.
Con pasos suaves, con fuerza tenue abro la cerradura. Me acerco a la dama y le pregunto:
- ¿Quién eres?, y que haces en un lugar como este. Dime, como puedo salir de acá.” pregunto pávido
- “soy el fauno que perdura en tu alma, soy la ira que controla tu mente, soy la injusticia que yace en tu alma…” y se desvanece entre sus vestiduras.
Es así que el miedo perturbo mi sueño, desperté asustado, sudando a rochos y mirando a la ventana en donde el reflejo del fauno miraba sigilosamente…